Informaciones, interpretaciones, comentarios y opiniones sobre la actualidad acontecida en la época de la glocalización

18 enero 2009

Pasos atrás

Hay utopías del ayer que creemos realidades presentes, aunque en el fondo sepamos que no es cierto. Una de ellas es la discriminación laboral de las mujeres. Nos consideramos un país avanzado, del primer mundo, donde la igualdad es cierta. Además, contamos con flotadores legales que nos hacen creer que no hay discriminación. Un flotador fue la llamada Ley de Igualdad, que establecía la no discriminación por ley, una seria de cuotas en función del sexo en cargos públicos y otras medidas.

Desde su aprobación, aún sabiendo que el texto es papel mojado, cuando hay sospechas de discriminación, se exclama desde algunos sectores: "tenemos unas de las leyes de igualdad más avanzadas".

Bien, pero ineficaz. Sotto voce, la discriminación ha continuado y ahora, en tiempos de contracción económica, las caretas se eliminan.

Toda la introducción viene a cuento de un anuncio clasificado de la semana pasada. Publicado en un diario local, se ofertaba una plaza laboral de las siguientes características. Para un cargo de administrativa, se precisaba una mujer. La edad mínima requerida era 35 años pero eso sí, se exigía no tener cargas familiares. Es decir, sin hijos.

Es evidente la exclusión para decenas de posibles candidatas simplemente por las cargas familiares. No hay que ser feminista convencido para llegar a la conclusión que si la oferta fuera para un hombre, el hecho de tener descendencia sería algo más que indiferente.

Sabemos que en la práctica, esas exclusiones siempre se han hecho. Se pregunta el estado civil en el proceso de contratación, se quiere saber el número de hijos y sus edades... Acabado el plazo, la persona contratada seguramente no es la más apta, sino la más adaptable a las exigencias empresariales.

No es nuevo. Siempre ha sido así, y de momento no habrá ley de Igualdad que pueda con ello.

Lo novedoso es que se explicite en un anuncio de prensa la no contratación de mujeres con hijos. La crisis golpea y golpeará a casi todos los sectores, pero algunos ya están dispuestos a saltarse el más mínimo decoro y pulcritud. Malos tiempos para los avances sociales.