Informaciones, interpretaciones, comentarios y opiniones sobre la actualidad acontecida en la época de la glocalización

16 noviembre 2006

Al César lo que es del César

Escribo las siguientes líneas después de mucho tiempo sin pasar por el blog, así que supongo que caerán bastante en saco roto, y serán leídas por mí y por mi sombra, si no me da la espalda.

Releía hace unos días alguno de los posts que escribí hace unos meses en relación al adelanto de las elecciones catalanas, y en aquel momento daba por descontado que el presidente espanol prefería que el PSC fuera cola de león en un gobierno sociovergente antes que encabezar el gobierno tripartito (ahora después de chapa y pintura, "Entesa nacional de progrés").

Pues bien, ahora ya sabemos lo que ha pasado después de las elecciones, y parece merecido otorgar a los socialistas catalanes la ocasión de quitarse el sanbenito que les ha perseguido durante varios lustros: el de ser poco más que una sucursal del PSOE, algo así como la Federación del PSOE en Catalunya.

No deja de tener gracia que CiU, el partido político que ha provocado más ríos de tinta en cuanto al sucursalismo del socialismo catalán, haya acabado siendo más sucursalista que nadie al pedir en persona o por teléfono, una o mil veces, al presidente espanol que convenciera a los socialistas catalanes que pactaran con Convergencia i Unió un gobierno de gran coalición a la alemana.

El cazador que tantas veces ha atacado por el mismo flanco a su víctima ha provocado que a la hora de la verdad la víctima conociera tantos las tretas del cazador que se defendió de ellas, dejando al cazador a expensas de su propio ataque.

Al César lo que es del César y en esta ocasión el PSC ha demostrado como poco autonomía respecto a su partido hermano a nivel espanol (no olvidar, PSC y PSOE no son el mismo partido aunque concurran juntos a las elecciones). Y CiU ha demostrado que pese a mucho hablar de "Madrid" como sólo los nacionalistas suelen hacerlo, al final han tenido que ir a lamer la mano de Zapatero sin que les pudiera dar nada que echarse a la boca, porque esta vez el plato no lo cocinaba él.